¿Qué es la fascitis plantar?
La fascitis plantar es la inflamación de la fascia plantar, una gruesa lámina de tejido conjuntivo que da soporte al arco longitudinal del pie. Se origina en la parte anterior del calcáneo (el hueso del talón) y se inserta en la parte posterior de la cabeza de los huesos metatarsianos (los huesos que dan soporte a los dedos del pie).
Esta patología es muy común en corredores y deportistas en general y también en la población más sedentaria al principio del verano cuando suelen cambiar su calzado de uso habitual por sandalias o zapatillas de suela fina. Produce dolor en el talón o en la planta del pie y puede limitar enormemente la deambulación y la actividad deportiva.
Diagnóstico de la fascitis plantar
El diagnóstico de la fascitis plantar suele ser clínico pero, en algunos casos, también pueden ser necesarias algunas pruebas de imagen para tener una idea más clara del alcance de la fascitis.
La radiografía en carga puede detectar un espolón calcáneo que es una calcificación de la inserción de la fascia plantar en el calcáneo y que, dado el carácter crónico de este tipo de lesiones, acostumbra a requerir un tratamiento más complejo en el que intervenga el médico, el fisioterapeuta y el podólogo.
La ecografía o la resonancia magnética ayudarán a constatar el grosor de la fascia y la existencia de zonas de inflamación activa.
Síntomas de la fascitis plantar
El síntoma principal es el dolor en el talón y/o en la planta del pie. El dolor aparece en carga (al apoyar el pie en el suelo, al caminar y al correr) y suele mejorar con la descarga del pie. Suele ser más intenso al levantarse de la cama o al levantarse después de un largo período de reposo. Suele mejorar ligeramente al caminar un poco, pero vuelve a empeorar rápidamente a medida que acumulamos pasos y más pasos.
Causas de la fascitis plantar
Existen muchas causas que pueden contribuir a la aparición de una fascitis plantar.
- La sobrecarga aguda de la fascia plantar (una caída o un salto)
- La sobrecarga crónica de la fascia plantar (una caminata o una carrera de larga distancia sin el entrenamiento previo adecuado)
- El aumento de tensión en la cadena muscular posterior de las piernas
- El uso de calzado con un soporte deficiente o suelas muy blandas
Historia natural de la fascitis plantar
La fascitis suele mejorar con el reposo pero, según el tipo de lesión establecida, puede cronificarse y alargarse mucho en el tiempo. Puede limitar cada vez más la actividad física y puede dejar a uno cojo durante mucho tiempo. En algunos casos la fascia puede llegar a desgarrarse. Debemos ser cautos y poner remedio lo antes posible para evitar complicaciones.
Tratamiento de la fascitis plantar
Lo más importante antes de comenzar con el tratamiento es realizar un buen diagnóstico del dolor. ¿Es realmente una fascitis lo que tienes? ¿Existe espolón calcáneo? ¿Es una lesión aguda o crónica? ¿Hasta qué punto está lesionada la fascia? ¿Hay rotura? ¿Qué factores están impidiendo la mejora de la inflamación?
Tratamiento médico de la fascitis plantar
Cuando existe un componente inflamatorio intenso, la fisioterapia y los remedios físicos pueden no ser suficientes para controlar la inflamación de la fascitis. En estos casos es útil la prescripción de antiinflamatorios de potencia media en pautas cortas. En algunos casos, incluso, puede ser necesaria la infiltración de corticoides y/o anestésicos en la zona de la inflamación.
Tratamiento de fisioterapia de la fascitis plantar
La fisioterapia suele ser el tratamiento estrella en la fascitis. La terapia manual y algunas terapias físicas ayudan a disminuir la inflamación de la fascia y a recuperar la flexibilidad de la misma. Es muy importante ponerse en manos de profesionales con experiencia pues es una lesión que a menudo hace dar muchas vueltas a los pacientes y cuanto más se tarde en poner el remedio adecuado más difícil será curarla.
Tratamiento podológico de la fascitis plantar
Algunas patologías de la estructura del pie desencadenan la aparición de inflamación en la fascia plantar, en esos casos, es necesario hacer un minucioso estudio de la pisada mediante una plataforma de presiones por ordenador y confeccionar unas plantillas podológicas que proporcionen un buen soporte a la planta del pie. En estos casos, otros tratamientos suelen ser insuficientes o conseguir mejoras solamente temporales.
Autocuidados para la fascitis plantar
Reducir la inflamación de la fascia plantar
Utiliza el frío. Siéntate y apoya la planta del pie desnuda sobre una bolsa de gel frío o sobre una botella de plástico llena de agua congelada. Presiona ligeramente para que el frío no se quede solamente en la piel. Mantén el frío entre 10 y 15 minutos. No hagas demasiados movimientos con el pie pero ten cuidado de no producirte una quemadura por frío. Si se enfría demasiado rápido y te produce mucho dolor levanta un poco el pie para evitar daños. Al final del tratamiento deberías estar algo mejor. Si cuando llegas a los 10 o 15 minutos tienes más dolor, espera 5 minutos más. Cuando vuelvas a caminar, primero haz algunos ejercicios suaves con la planta del pie y vuelve a cargar el peso del cuerpo sobre el pie de forma progresiva. Cargar todo el peso del cuerpo sobre la fascia fría podría llegar a lesionarla. Si repites este procedimiento dos o tres veces al día te recuperarás antes.
Agua caliente con sal. El remedio de la abuela. Este procedimiento ayuda mucho a reducir la inflamación. Suelo recomendarlo al final del día. Justo antes de irse a la cama. Mete el pie dentro de un barreño de agua muy caliente (¡ojo no te quemes!) con mucha mucha sal (unos tres puñados de sal), apoya el talón en el fondo del barreño y mueve los dedos arriba y abajo durante un rato. Mantén el pie dentro del barreño unos 15 minutos. Al sacar el pie del agua, sécalo, pero procura no retirar la sal de la piel, ponte un calcetín de algodón y vete a la cama a descansar.
Evita la sobrecarga de la fascia
Cuando te levantes por la mañana mueve un rato los dedos de los pies arriba y abajo y haz una carga progresiva de todo el peso de tu cuerpo sobre la planta del pie. Poco a poco. Que la fascia se flexibilice lentamente. En los primeros pasos, anda con cuidado, y poco a poco todo irá mejor.
Mejora la flexibilidad de la cadena muscular posterior de la pierna
Haz estiramientos de la cadena posterior de la pierna. Debes estirar los gemelos, el sóleo y los flexores de los dedos. ¿Sabes hacerlo? Nosotros te lo contaremos.
Mejora la flexibilidad de los músculos de la planta del pie
Haz ejercicios suaves con los flexores cortos de los dedos. Mueve los dedos de los pies arriba y abajo y haz el típico ejercicio de la toalla.
Usa calzado adecuado
Por favor, hasta que no estés recuperado evita las sandalias o cualquier calzado de suela fina y blanda. Utiliza calzado con el que te sientas cómodo y que te aporte algo de amortiguación. En algunos casos pueden utilizarse taloneras, ¡pero ojo!, no en todos los casos es beneficioso. Consulta a tu médico.
Todos estos consejos pueden ayudarte a hacer frente a una fascitis plantar pero, si llevas más de tres-cuatro semanas y no mejoras, no tardes en consultar a un buen profesional o, mejor todavía, a un buen equipo de profesionales.