Terapia Neural, Barcelona

Terapia neural

Restableciendo las funciones del sistema nervioso vegetativo.

¿Qué es la terapia neural?

La terapia neural es una disciplina médica que se vale de pequeñas inyecciones de un anestésico local (habitualmente procaína o lidocaína) para restablecer la función normal del sistema nervioso vegetativo o autónomo.

El sistema nervioso vegetativo es un componente importante del sistema nervioso que controla gran cantidad de funciones corporales inconscientes. En general, mantiene el equilibrio homeostático del cuerpo y proporciona respuestas adaptativas ante cambios y agresiones del medio externo e interno.

En condiciones normales, el sistema nervioso vegetativo responde de forma eficiente a cualquier agresión física o mental (por ejemplo; traumatismos, infecciones, intervenciones quirúrgicas o situaciones de estrés emocional), pero cuando estas agresiones son especialmente fuertes o prolongadas se producen cambios en la red nerviosa que se mantienen en el tiempo incluso años después de que haya desaparecido el estímulo irritativo. Estos cambios condicionan la aparición de dolor, inflamación y gran cantidad de trastornos psicofísicos.

Desafortunadamente, las disfunciones de este sistema, a menudo, son infravaloradas en la práctica clínica, cuando deberían tenerse siempre en cuenta por la repercusión sobre la calidad de vida del paciente. Es en estos casos cuando la terapia neural permite restablecer el funcionamiento normal del sistema nervioso vegetativo y devolver su potencial de regulación, favoreciendo la recuperación de numerosos procesos patológicos resistentes a los tratamientos médicos habituales, y sin los efectos secundarios típicos de los medicamentos analgésicos y antiinflamatorios.

 

¿Para qué se utiliza la terapia neural?

Por su efecto regulador del sistema nervioso vegetativo, la terapia neural puede ser eficaz en el tratamiento de gran cantidad de casos de dolor e inflamación aguda y crónica (dolores musculares y articulares, tendinitis, capsulitis, lumbalgias y cervicalgias...), así como en aquellas afecciones psicofísicas en las que el sistema nervioso vegetativo tenga un papel signiticativo (a menudo se utiliza en el tratamiento de alergias, infecciones repetitivas del tracto respiratorio, ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo, en el síndrome de fatiga crónica, en la fibromialgia, en trastornos digestivos como la enfermedad de Chron o en trastornos menstruales o ginecológicos, entre otros). Así pues, pese a que la terapia neural puede utilizarse para mejorar o curar una determinada afección clínica, en su concepción holística, busca el tratamiento de toda la red nerviosa vegetativa y, por tanto, el restablecimiento de la salud de forma global.

¿Cuándo no puede utilizarse la terapia neural?

- Miedo a las agujas. El motivo más frecuente para rechazar esta terapia suele ser el miedo a las inyecciones. No obstante, cabe decir que los que finalmente acceden a las inyecciones suelen responder favorablemente y pierden su aversión inicial.

- Alergia al anestésico. La experiencia en miles de pacientes demuestra que la alergia a la procaína (el anestésico más utilizado en la terapia neural) es extraordinariamente infrecuente y, en cualquier caso, nunca se ha observado una reacción alérgica grave. Si alguien cree tener alergia a la procaína o a la lidocaína se le hacen unas pequeñas pruebas y, en caso positivo, se observa una reacción local que desaparece en unos pocos minutos.

- Tratamiento con anticoagulantes. El tratamiento con anticoagulantes (Sintrom, Adiro...) puede parecer una contraindicación a la punción pero en realidad se pueden realizar la mayoría de las inyecciones. Simplemente deben evitarse las inyecciones más profundas.

- Tratamiento con sulfamidas. El tratamiento con antibióticos de la familia de las sulfamidas sí es una contraindicación absoluta ya que comparte ciertas vías metabólicas con la procaína. Sólo en este caso habrá que esperar a finalizar el tratamiento antibiótico antes de comenzar con la terapia neural.

¿Cómo se desarrolla el tratamiento mediante terapia neural?

En la primera visita se realiza el diagnóstico. Es la parte más importante. Sin un diagnóstico detallado y específico el tratamiento es mucho menos efectivo o inútil. Así, se empieza por hacer una entrevista exhaustiva, lo que en la jerga de la terapia neural se denomina, “historia de vida”, que va más allá de la historia puramente clínica ya que tiene en cuenta otros aspectos importantes en la vida de la persona que no suelen tenerse en cuenta en la historia clínica convencional. Las enfermedades personales, los traumatismos, las infecciones, las cirugías y su recuperación, las cicatrices físicas y las cicatrices emocionales; todo tiene cierto valor en la historia de vida. Una vez establecido el diagnóstico sólo queda la exploración de las zonas que son susceptibles de ser las responsables del desequilibrio neural y funcional que padece el paciente. Posteriormente se realizan diferentes punciones en las zonas elegidas y se inyectan pequeñas cantidades de anestésico diluidas en suero fisiológico.

Una mejoría rápida o incluso inmediata no es excepcional. A menudo hay personas que se sienten muy relajadas después de la terapia neural. En algunos casos, incluso, puede haber un cansancio profundo que puede durar durante unos pocos días. Es probable que estas reacciones se deban a los cambios fisiológicos que se producen en el sistema nervioso vegetativo y no suelen valorarse como algo negativo. Otras personas, en cambio, se sienten vitales, como si se hubieran quitado un gran peso de encima.

En algunas ocasiones, más frecuentemente en casos de larga evolución, puede haber un empeoramiento inicial que acaba por ceder en algunos días. En estos casos es positiva una mayor hidratación y una dieta depurativa para ayudar al organismo a drenar los tóxicos acumulados en los tejidos. Con el paso de los días se suele observar que esta reacción forma parte de una crisis curativa.

En muy pocas ocasiones puede aparecer una reacción inflamatoria o dolorosa que puede tratarse con la aplicación de frío local si el dolor es muy agudo. A veces, incluso, reaparecen síntomas de enfermedades padecidas anteriormente o los recuerdos de situaciones vividas con una fuerte carga emocional. Estas reacciones no son duraderas en ningún caso y responden a un cambio profundo en un organismo con una gran irritación.

¿Cómo se realiza el seguimiento de cada paciente?

El estrecho seguimiento de la evolución del paciente nos ayudará a tomar la mejor opción. Es habitual realizar el segundo tratamiento al cabo de un mes, cuando ya se han establecido los cambios producidos en el sistema nervioso vegetativo, no obstante, en otros casos, puede adelantarse el segundo tratamiento a los pocos días o semanas.

¿Puede aplicarse la terapia neural en los niños?

La sesión de terapia neural en los niños, como en los adultos, requiere de una historia de vida exhaustiva, teniendo en cuenta las posibles afecciones físicas o emocionales que puedan haberle afectado, así como su conducta y su alimentación. Posteriormente explicamos a los niños en qué va a consistir la sesión, aunque sin preguntar si quieren que les pinchemos pues, generalmente, no quieren. En este caso, el consentimiento lo da la madre y/o el padre. Las inyecciones suelen durar un par de minutos y, posteriormente, los niños se relajan y vuelven a jugar o pintar.
Los motivos principales por los que los niños son tratados mediante terapia neural son:
- Infecciones agudas o de repetición (anginas, otitis, sinusitis, bronquitis, cistitis, gastroenteritis...).
- Alergias (cutáneas, respiratorias, digestivas...).
- Afecciones neurológicas (complicaciones en el parto, síndromes neurológicos, epilepsia...).
Los niños suelen responder muy rápido a la terapia neural y requieren de muy pocas sesiones. En situaciones agudas esperamos una mejora inmediata o dentro de las primeras 24-48 horas. De no ser así, aconsejamos que se pongan en contacto con nosotros. En niños con enfermedades más complejas también puede haber una rápida mejoría inicial, pero suele ser necesario un seguimiento, inicialmente mensual y, posteriormente, menos frecuente.