Medicina biorreguladora

¿Qué es la medicina biorreguladora?

La medicina biorreguladora es un modelo médico que se basa en la facilitación de los procesos de autorregulación propios del organismo mediante compuestos de origen natural (vegetal, animal y orgánico) que, sin suprimir ninguna vía metabólica, modulan respuestas biológicas e inmunitarias y favorecen los mecanismos de compensación de células, órganos y tejidos.

Los principios activos utilizados son muy bien tolerados por sus dosis bajas y carecen de efectos secundarios y de interacciones con otros medicamentos. Son compuestos de nuevo desarrollo, avalados por numerosos estudios científicos, y obtenidos en base a las experiencias clínicas de la homeopatía clásica y a los últimos avances en las ciencias médicas.

¿En qué casos es más útil la medicina biorreguladora?

La medicina biorreguladora es muy útil y rápida en procesos agudos que han producido pocos cambios en los tejidos corporales. Es frecuente observar sus beneficios en cuestión de horas o pocos días desde el inicio del tratamiento. En los procesos más crónicos, no obstante, el efecto de la biorregulación aparece más lentamente, y requiere de varias semanas o meses, pero los cambios conseguidos suelen ser más profundos y estables por lo que podríamos decir que los beneficios son incluso mayores.

Así, la terapia biorreguladora comienza muchas veces con una detoxificación del organismo (es típica la desintoxicación del hígado, de los riñones y del sistema linfático como base de tratamiento para multitud de patologías) y posteriormente utiliza principios activos específicos para regular las células y tejidos involucrados en la patología que padece el paciente. La terapia biorreguladora es útil para:

  • Evitar la aparición de complicaciones en procesos víricos agudos como la gripe o el resfriado común.
  • Disminuir la frecuencia de los síntomas en enfermedades como las rinitis, sinusitis o conjuntivitis.
  • Disminuir la severidad de los síntomas en procesos crónicos como la artrosis, la alergia o la fibromialgia.
  • Aliviar la sensación de inestabilidad y la frecuencia de los mareos de origen multifactorial.
  • Reforzar el sistema inmunológico.
  • Mejorar las gastritis y las alteraciones de la mucosa intestinal.
  • Ayudar a modular trastornos del estado de ánimo como en la ansiedad o en estados de depresión leve.
  • Estimular procesos biológicos naturales: combatir la retención de líquidos, eliminar grasa localizada e inflamada (celulitis) o reducir la alopecia (la caída del cabello), entre otros.