Recupérate como los profesionales
La actividad física suele ser fuente de salud aunque la práctica deportiva puede conllevar la aparición de una gran variedad de lesiones: una sobrecarga muscular, un esguince de tobillo o rodilla, una rotura de los ligamentos cruzados, una lesión del manguito de los rotadores…
Todos son ejemplos típicos de lesiones deportivas que comprometen el ejercicio físico normal y que obligan al deportista a detener su actividad. Es de gran importancia el correcto manejo de estas lesiones para volver a la actividad deportiva habitual pero, sobre todo, para evitar los dolores residuales y las recaídas frecuentes que se producen cuando la recuperación no ha sido bien planteada.